sábado, 25 de enero de 2014

Artículo bloque III


¿LITERATURA ESPAÑOLA EN EDUCACIÓN PRIMARIA? ¿CÓMO?


Iniciar este comentario me ha supuesto un viaje en el tiempo ‘‘Emilio ¿Recuerdas la Literatura Española en Educación Primaria? ¿Era divertido estudiarla? ¿Mejoró tu interés por ella durante la Educación Secundaria?’’

Me es imposible echar la vista atrás sin pensar en cuantos errores cometieron mis profesores conmigo en el pasado y cómo, si se hubiera propuesto mi educación y formación por la Lengua y, en este caso concreto, la Literatura Española de una forma diferente, tanto mis compañeros como yo, la habríamos podido disfrutar en todo su esplendor.

Durante mi etapa como niño y adolescente, en Educación Primaria y Secundaria, respectivamente, recuerdo el trato de la Lengua y la Literatura siempre de la misma forma: un profesor o profesora de pie frente al encerado, con un libro de un autor, absolutamente irrelevante para mí en aquellos momentos, sus gafas en la mano y hablándome sin parar de muchos términos, conceptos y obras que ni conocía, ni pretendía conocer, mientras todos mis compañeros y yo, esperábamos a que el tiempo pasara postrados en nuestros pequeños pupitres. Eso no es Literatura, ni siquiera es una clase enriquecedora y podría haberme hecho pensar que, es imposible en cierto modo la enseñanza de estas competencias de manera eficaz durante la etapa Primaria. No obstante, para nada es de este modo y el cambio está en nosotros, los futuros docentes.

Pues bien, para iniciar esta reflexión me he preguntado a mí mismo ¿Cómo podemos llevar esto a cabo?, analizando la situación y teniendo en cuenta mi experiencia y aprendizaje tanto en esta clase como en el período de prácticas puedo afirmar que sí, se puede; de hecho, todo se puede lograr si se hace interesante. La motivación es la clave del éxito.

De manera evidente, Educación Primaria y Secundaria, son etapas de cambios, transformaciones constantes en los alumnos que acabarán por definir quienes son en realidad y por supuesto, poco le importará descubrir las composiciones de Bequer, la vida de José Cela o la procedencia de José de Espronceda. A no ser, por supuesto, que lo hagamos deseable y lo centremos en sus intereses.

Es necesario para ello no sólo ver la Literatura como asignatura relevante en la consecución de la competencia Lingüística y la Cultural y Artística, sino poder lograr un alejamiento, una toma de distancia de las cuestiones meramente conceptuales y empezar a potenciar la funcionalidad de los contenidos, es decir, su aplicación para la vida diaria. Es necesario dejar de ver autores y movimientos literarios e intentar que los alumnos vean personajes y hechos reales, históricos que mucho han contribuido a la sociedad, los libros, incluso las películas de cine que los sujetos ven en la actualidad. Y es que, lo que en un principio nazca de comprender, entender y sentir composiciones de autores, terminará siendo una interiorización de movimientos literarios importantes, de autores enfrentados por sus ideales a lo largo de la historia, a su debido tiempo. Hay que adaptar el aprendizaje al niño y no al revés, al menos si lo que pretendemos es su entera entrega a la Literatura, en este caso concreto.

Tras la exposición teórica de las pretensiones que, desde mi punto de vista serían las más adecuadas, llega lo más complejo: llevar esto a la práctica en el aula. Pues bien, considero oportuno emplear actividades centradas en los alumnos, en sus intereses, en la motivación que muestran, para poder trabajar la Literatura. Tales actividades serán diversas conforme avanzan los conocimientos y la edad de los alumnos, por supuesto, pero sin olvidar jamás dos aspectos: ellos son los protagonistas y la Literatura no es aburrida, debemos hacérselo entender.

En el primer Ciclo de Educación Primaria, encontramos los dos primeros cursos, con niños muy pequeños que apenas sabrán nada de los autores, pero eso no es motivo alguno para no iniciarles en Literatura. Estos pequeños tendrán inmadurez, serán incapaces de comprender muchos aspectos conceptuales pero tendrán algo imprescindible: sensibilidad. A partir de ahí podemos trabajar múltiples cuestiones literarias, podemos jugar con las figuras literarias, podemos leer y hacer que aprendan cuestiones muy concretas y significativas de esta asignatura.

Una actividad clave, desde mi punto de vista, la que más trabajaban los profesores en mi período de prácticas y una, muy acertada también en mi consideración, son las lluvias de ideas. Proponemos un personaje, movimiento, concepto o aspecto literario que queramos aprender y explicamos a nuestros alumnos acerca de él, considerando su edad, sus intereses y tratando de explotar esa sensibilidad especial de la que hablábamos antes para que ellos expongan sus ideas, sus emociones, sus impresiones iniciales al respecto y vayan formando  esquemas mentales, construyendo una imagen, perfiles que posteriormente se convertirá en aprendizajes conceptuales.

Lo esencial tanto en esta etapa como en la correspondiente al segundo Ciclo de Educación Primaria es lograr un aprendizaje inicial, un acercamiento a cuestiones mucho más importantes que conceptos memorísticos: no hablamos de fechas, de nombres de obras, sino de comprensión de las ideas, de los personajes que cada autor formaba, de la vida de las propias figuras, de los movimientos más importantes de la Literatura española.

Si llegamos al Segundo Ciclo de Educación Primaria, podemos trabajar a través de actividades de relación entre algunas figuras literarias semejantes o diferentes, en las que los alumnos deben encontrar puntos en común. Del mismo modo, tarjetas o cartulinas con conceptos para que los alumnos expongan todo lo que conocen acerca de ellos o incluso representaciones y juegos de mímica y Rol-Playing para acercar la Literatura al ocio, al disfrute y alejarla de la concepción aburrida. Todas estas actividades potenciarán el conocimiento de las peculiaridades de las figuras literarias, de los movimientos, las ideologías y sobretodo ayudarán a ordenar cronológicamente la historia de la Literatura en España.

Conforme los alumnos avancen y lleguen al Tercer Ciclo de Educación Primaria, es pertinente, desde mi punto de vista y como he podido observar en las prácticas, que los alumnos empiecen a perfeccionar sus conocimientos previos de las etapas anteriores, transformando y perfeccionando sus ideas, estableciendo relaciones, reflexionando y encontrando las causas y consecuencias de la Literatura Española.

Podemos trabajar en esta etapa a través de representaciones como en la anterior, desarrollando Mapas Mentales, que, a diferencia de los Mapas Conceptuales, permiten creatividad e imaginación al incorporar dibujos y se alejan del pensamiento lineal de los segundos, potenciando la lateralidad en nuestros alumnos: abriendo su mente a conexiones dentro de los conceptos, tratando de llegar de ese modo al aprendizaje significativo.

Una técnica excelente que he podido observar en las prácticas y que incorporé rápidamente mi lista mental de actividades adecuadas que llevar a cabo en mi futura profesión fue la actividad de los Seis Sombreros Para Pensar de Edward de Bono. Consistiendo la misma en proponer un sombrero de color a cada niño o pequeño grupo y teniendo que extraer conocimientos acerca de un aspecto literario determinado, en función del color del sombrero: conclusiones, aspectos positivos, aspectos negativos, conceptos relacionados con un autor, soluciones alternas a una situación…

Más adelante, en la Educación Secundaria, las actividades y el estudio de la Literatura Española deberán ir más relacionadas, desde mi punto de vista, a entender la transcendencia, conocer y tener ese interés, esa pasión por la Literatura, por conocer qué ocurrió en España con respecto a ella… Y esto será posible si se han sentado correctamente las bases, trabajando la asignatura adecuadamente desde un principio.

Para finalizar mi comentario, haré referencia a una colección de libros adaptados a distintas edades que permiten trabajar Literatura Española con nuestros alumnos. Se trata de adaptaciones realizadas por Anaya, que presentan Clásicos de la Literatura de nuestro país adaptados a nivel infantil y juvenil. He tenido conocimiento de ellos en mi período de prácticas y realmente me parecieron adecuados.

En conclusión, acerca la Literatura a la Educación Primaria es posible y puede llegar a ser una auténtica aventura, pero es necesario cambiar el modo erróneo de llevar esto a cabo. El cambio está en nosotros, en los futuros docentes.


Página muy interesante sobre la literatura española y estrategias para ponerlas en práctica
http://www.educa.madrid.org/web/cp.ciudadderoma.madrid/semana_cultural/semana_cultural.htm 

La literatura en el contexto escolar
http://www.alhaurin.com/pdf/2012/10.pdf


2 comentarios:

  1. Yo también pienso que la motivación es la clave, y también saber que a los niños se les peude exigir siempre un poco más, ellos estan encantados de autosuperarse.

    No conocía la actividad de los sombreros... me la anoto para hacerla en algun momento jeje.

    Con respecto a la colección de libros clásicos adaptados discrepo un poco, pierdo que se pierde la esencia del autor, pero no los conozco así que evitaré dar opiniones sin saber.

    Me gusta tu última frase de que "el cambio está en nosotros". Va mucho conmigo XD

    ResponderEliminar
  2. El planteamiento está bien. La aplicación al aula me gusta menos porque no reflejas lo que comentamos en clase. Hablamos de las adaptaciones y de que leer el Quijote de Cervantes no es lo mismo que leer el quijote de cervantes escrito por Pepe Pérez. Porque la función poética que es esencial en la literatura desaparece con la adaptación. Hablamos de usar fragmentos cortos y escogidos, poemas.. pero no adaptaciones. Se trata de acercar a los niños la literatura, no a adelantar contenidos de secundaria y esto incluye no leer libros enteros.

    Has planteado cuestiones muy concretas por ciclos con las que no estoy demasiado de acuerdo y no has hablado de actividades puntuales o de usar los textos que aparecen a veces en el libro de lengua.

    ResponderEliminar